miércoles, 29 de junio de 2011

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- El cielo oscuro entra por la ventana, rodeandole. Me quedo a unos pasos de él, nos quedamos los dos atrapados en esa incertidumbre entre el día y la noche. La música continua su apasionada revolución a nuestro alrededor y dentro llevo a una chica deseosa de ceder a su ciego compás... deseosa de bailar, salvaje y libre, por toda la habitación que no para de retumbar, pero por desgracia esa chica está en mi interior, no soy yo. Yo quisiera un manto invisible para salir de este lío de una maldita vez.